Desde el año 1954, el Mercedes-Benz 300 SL Gullwing,
comunmente conocido como ‘alas de gaviota’, fue uno de los
modelos deportivos de más éxito en el mundo, y especialmente
en Estados Unidos. Tanto es así que 800 de las 1.400 unidades
producidas fueron a parar allí.
Pero los norteamericanos, siempre fanáticos de las versiones
descapotables con las que poder surcar sus infinitas carreteras a
cielo abierto, especialmente en los estados del sur como California
o Florida, pedían a gritos una versión descapotable de éste.
Teniendo en cuenta el éxito que estaba teniendo en el mercado
norteamericano, y ante las peticiones reiteradas de su importador
local Max Hoffman, los de Stuttgart comenzaron pronto a
desarrollar una versión descapotable.
En el año 1956, solo dos años después de que el Coupé se pusiese
a la venta, ya tenían listas 3 versiones de pre-producción del 300
SL convertible. Pero para saber cómo vería el público la pérdida
de las puertas de apertura vertical, permitieron al fotógrafo David
Douglas Duncan de la revista estadounidense Colliers Magazine
fotografiar ese pre-serie y publicarlo en el número de octubre de
1956.
Los comentarios fueron tan buenos que solo al año estaría
expuesto en el Salón de Ginebra de 1957.
El 300 SL Coupé se había convertido en el deportivo de producción
más rápido del momento. Y el convertible debería estar a la altura.
Tuvo modificaciones en el chassis para que no perdiera su
rigidez torsional además de crear espacio a un nuevo sistema de
suspensión trasera y a un baúl mas grande.
Con 120 kilos de sobrepeso lograron mantener las prestaciones de
la coupé, sacrificando 30% la capacidad del tanque de combustible.
Poco a poco fue recibiendo novedades, como el hardtop, frenos de
disco en las cuatro ruedas, y el bloque del motor de aluminio.
Desde 1957 hasta 1963, se produjeron un total de 1400 unidades,
considerándose un coche más valioso que su hermano coupé.