Bien temprano, con fresco y sol arrancamos el día en el Hotel Llao-Llao tomando el Circuito Chico hacia Bahía López. El sol pelea con las ramas para ganarle a las sombras y el 356 hace lo propio con un asfalto aún húmedo por el rocío. El camino es hermoso, curva y contracurva, puentes sobre lagos, y paisajes lejanos que aparecen de golpe. El famoso Punto Panorámico que eligen los turistas para la foto-postal, es sólo un cartel de vialidad para mí, me siento como el tenista que sólo conoce el aeropuerto, el hotel y el court.
Tomamos un trecho de la Av. Bustillo hacia el centro en hora pico, algo que años anteriores era imposible. Hoy el combo pandemia-trabajo remoto-desocupación, supongo que nos hace el tránsito mas amigable, aunque veo micros de egresados y turistas que van ganando el asfalto.
Nos vamos hacia el Lago Gutiérrez, cada curva es mas hermosa y cada baden mas alto, en cualquier momento los van a usar para practicar escalada!
Tomamos nuestra "Route 66" a.k.a Ruta 40, bordeando el lago Nahuel Huapi hacia Villa La Angostura. La primera vez que la recorrí fue hace una treintena de años y era de ripio, hoy es una pasarela de lujo por la que desfilan una colección de verdes, amarillos y azules.
Tomamos el "Camino de los 7 lagos" hacia la frontera con Chile, recuerdo que en el 2007 -junto a mi amigo Daniel- este camino estaba lleno de nieve y el Jaguar E-Type en el que viajábamos, tenía 10 cm de agua en el piso que no podíamos vaciar por la altura de la base de las puertas.
Cerca de allí, en la ruta a San Martín de los Andes sobre la margen izquierda del Lago Correntoso, paramos a desayunar. La llovizna era pareja como el hambre que tenía. Unas delicatessen regionales, paliaron mi hambre y nos dirijimos hacia "El santuario de los pájaros" una reserva natural que se encuentra a un par de kilómetros antes del puerto de Villa La Angostura, donde los fanáticos de la observación de aves tienen mas de 200 especies para disfrutar. Nosotros disfrutamos de la conducción en sus intrincados caminos de tierra que nos llevaron hasta el casco, donde disfrutamos la vista de la Bahía San Patricio en todo su esplendor y un almuerzo excelente.
Después de las charlas post-almuerzo con amigos, emprendimos la vuelta por el mismo camino de ida hasta la urbanización Dos Valles, un hermoso enclave si querés vivir en contacto de la naturaleza y cerca de la Ciudad de Bariloche. Ya con el atardecer en nustras espaldas, emprendimos el regreso por Villa Arelauquen para terminar la jornada en el Llao-Llao.